pseudointelectualidad


Balada del editor sin escrúpulos
(Santiago Gamboa)
Soy muy rico, Já, Já, Já,
y los demás que se jodan.
Esta es mi filosofía.
¿Quieren saber qué hago?
Es muy sencillo: soy editor.
Mi trabajo consiste,
y no se sorprendan,
en algo parecido a lo de Robin Hood,
sólo que al revés.
Completamente al revés.

Mi trabajo consiste, queridos amigos,
en quitarle el dinero a los pobres para dárselo
a los ricos.
¿Ya me van entendiendo?

Soy muy rico, Já, Já, Já
Y los demás que se jodan.

Ayer, por ejemplo,
contraté un nuevo libro
de un autor norteamericano.
Tiene 800 páginas y muchas
aventuras.
Los malos son árabes y los buenos,
obvio, somos nosotros, todo muy brutal.
Pero qué ritmo.
Hay una espía sueca y tres escenas de sexo
explícito en un Ferrari.
Jé, Jé.
El autor es malo, en realidad es un imbécil
y tuve que pagarle una pasta.
Pero sé que venderé mucho y seré aún más rico.
Para comprarlo debí recortar los pagos de otros
autores,
sudamericanos que no venden nada y se creen
poetas,
rubendaríos y cesarvallejos decadentes, malos,
que no pasan de dos mil (quiero decir, ejemplares).
Ni siquiera son como Coehlo o Allende (Isabelita)
sino que se creen Voltaire.
Pero no, conmigo no funciona.
Soy implacable y por eso soy muy rico,
Já, Já, Já, y que se jodan todos,
incluidos los lectores que comprarán al gringo y
lo leerán ávidos.
Y yo se los daré, pues ellos se creen libres,
pero en realidad yo los he creado.

Soy muy rico, Já, Já, Já.
Y los demás que se jodan.

Hay otra especie que detesto y es el novelista
español,
que dice, y perdonen la risa,
que en sus libros retrata el nihilismo de la ciudad
contemporánea,
o el desencanto de la generación post franquista
y no sé qué otras gilipolleces,
ay, ay, es que me descojono,
perdonen, Já, Já, Já,
esos tíos, la verdad, es que no se enteran de nada,
pero yo sí, y por eso soy muy rico,
y mi próximo libro será de alguna tía que esté muy
buena,
presentadora de TV o actriz de pacotilla,
me da igual,

lo importante es que esté buena y que narre,
con gran poesía,
cómo se la follaron sus compañeros de liceo en un
sillón reclinable, o su primer «oral» en el
retrete de un bar,
algo de ese estilo, ¿me captan?
Y a vender cien mil, o ciento veinte mil, que es lo
mío.

Y a seguir siendo rico,
muy rico, Já, Já, Já
y los demás que se jodan.

Y luego la gente se pregunta:

1. ¿Por qué detesto a autores como Coelho, el 90% de los autores de la llamada «novela histórica», Dan Brown y otras joyas?
2. ¿Por qué me da asco que mencionen como (háganme el hijueputa favor) narrativa colombiana a un esperpento como Sin tetas no hay paraíso escrito por un cínico como Gustavo Bolívar que dice «La envidia de los intelectuales es que yo vendo más libros»?
3. ¿Por qué creo que hay pocas bandas realmente colombianas, y que el tropipop tiene tanto de colombiano como Shakira (es decir, producto Miami)?
4. ¿Por qué me deprime ver que los libros más vendidos en este país no sea literatura de verdad, sino los sucedáneos de autores como el susodicho Bolívar, Isabella Santodomingo, Patricia Castañeda y demás?

Listener supported: Big calm (Morcheeba)

1. Critica absolutamente todo lo que diga la otra persona. Desde su forma de ser hasta sus gustos.
2. Usa tu ropa para expresar tu individualidad. Parte de ser pseudointelectual es aceptar que uno es lo más kitsch del mundo. Uno puede saber de Nooteboom y escuchar a Paquita la del Barrio, o gustar de las novelas de la tarde y luego ver a Buñuel. No importa. Es tu individualidad.
3. Haz lo que se te de la gana. Eres kitsch, eres postmoderno, tienes el derecho de hacer todo. Es parte de tu expresión estética.
4. Menciona siempre tu campus y tu facultad. Eso significa, por supuesto, despotricar de todas las facultades similares que, por exclusión, son un asco o un atraco a mano armada.
5. Escucha música rara. La radio no sirve. Busca los podcasts, las canciones que escuchan tus amigos. (También aplica a cine -sólo cinearte, Hollywood sucks- y a literatura -lee los autores que nadie coge, es mejor buscar a los futuros Nobel que a los futuros continuadores de la sempiterna saga de la mediocre Colleen McCullough, aunque si la lees no hay problema, eres postmoderno-)
6. Tus amigos deben ser iguales que tú en todo sentido. ¿No saben lo qué sabes tú o no aprecian lo tuyo en todo el sentido de la palabra? Hey, el mundo está hecho para ganadores como tú. Ganadores que terminarán restregando el Oscar, Nobel, Grammy, India Catalina o el premio de cine del Festival de Pyongyang a todos aquellos que no te apreciaron como eres.
7. Obviamente, como pseudointelectual kitsch tribuurbana que eres, debes saber qué significa la cultura inferior, y de ser posible admirarla. Son manifestaciones antropológicas del ser.
8. Siempre, pero siempre, cita a alguien cuando vayas a decir algo. Es mejor la fuente autorizada (Foucault, Barthes, Gombrich ayudan mucho), pero la desconocida también ayuda por su desconcierto (Ko Un, Ozon, Koolhaas).
9. Recuerda: La razón es tuya así estés diciendo un sartal de barbaridades o simplemente estés juzgando a la gente que es igual que tú en conocimiento pero, por alguna causa, motivo, razón o circunstancia, no es como tú.
10. No le hagas caso a la gente que cree que eres un idiota despreciable prepotente. Sabes bien que eres mejor que ellos.

Listener supported: Nour el Ain (Amr Diab), A Rã (Gal Costa), Real Great Britain (Asian Dub Foundation), Casa Babylon (Mano Negra), Big yellow taxi (Counting Crows & Vanessa Carlton), El abanico Sanyo (Luis Monterrosa), Roundabout (Yes)

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Listener supported: World go ‘round (No Doubt)