«Hijos de puta rumanos voy a cortarles las manos» (El Chivi)
«No seas rumano». (Martin Amis)
«La gimnasia no es un deporte porque los rumanos son buenos en eso» (George Carlin)

¿Y qué tienen contra los rumanos? Sólo porque sean la escoria de Europa, porque manejen (junto a los albaneses) todo el tráfico de personas y drogas en Europa, porque nos hayan ganado dos veces en Mundiales y por no sé que otras razones más, no podemos tratarlos tan mal. Son gente buena, trabajadora, con mujeres que están bonitas (algunas, no es el extremo de «donde-vea-veo-mamacitas» de Praga), gente que trata de recuperarse del Kim Il-Sung de los Cárpatos, gente querida.

Este blog y su dueño comienzan la campaña para acabar con el racismo hacia la banana republic europea. Con tal de que no emigren aquí como los chinos, todo está bien.

XTRÄAS:
– Gracias a todos. En serio. No saben cuanto les agradezco y cuanto los quiero.

Listener supported: Me cago en esos putos rumanos (El Chivi)

Boris Yeltsin
Stinkin’
Soused
Tipsy

Este blog y su dueño se declaran de luto por la esperada pero no obstante un poco temprana muerte del primer presidente abiertamente ebrio en la década de 1990.

Boris Yeltsin, descansa en paz. Deja que tu resto de hígado descanse en paz.

Listener supported: Links 2, 3, 4 (Rammstein)

Sólo ríamos un rato con un poco de humor fino.

Listener supported: Eu vin acasa cu drag (Ştefan de la Bărbuleşti)

I«…creo que uno de los pocos méritos del estructuralismo es, irónicamente, la capacidad de encasillar las escenas. Se dieron cuenta que la literatura contemporánea no es más que una seguidilla de cortos. Cortázar decía que la novela ganaba por puntos y el cuento ganaba por knock-out. Cortázar sabía que la novela ganaba por puntos porque cada página era un golpe suave, como una gota de agua que cae en la frente del torturado y terminaba horadándolo, como una piedra. ¿Y qué tal si la novela metiera knock-outs en cada página? El cuerpo no resistiría y lo convertirían en carne y huesos. O peor, en un fenómeno».
(A.S.F., fragmento para algo aún no escrito, 2007)

IIEl mérito radica en que podemos encasillar, convertir todas y cada una de las escenas de nuestras vidas en clichés, en fragmentos de una canción. Creo que fue Walter Benjamin el que planteó que, cuando el arte se convierte en reproducción técnica, se convierte en artesanía y pierde todo valor estético. De ahí que pocas personas dediquen alguno de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda a sus novias, pero irónicamente «You’re beautiful» de Blunt se convierta en la canción más tocada en las bodas inglesas. Lo mismo pasa con casi todas las creaciones de la mente humana. Cuando a uno le conocen la táctica, es imposible retractarse y convertirse en otro. La reputación precede infortunadamente. Cría fama y échate a dormir, le dicen a uno cuando niño. Estoy más que seguro que, cuando suelten a Garavito, así el tipo clame que se convirtió en un hombre nuevo, absolutamente nadie (salvo los de la iglesia) le creerá. El pasado, infortunadamente, es la mejor forma de encasillar. La primera imagen es la que queda, y convertirse en otro nunca sirve. Podría decirse que Madonna se reinventa, pero el reinventarse es sólo una forma de converitr el arquetipo en otro, darle visos camaleónicos sin perder la esencia original (more Paglia). Los únicos casos en los que se cambia la fama son los acontecimientos. Al salvador lo convertimos en asesino cuando los actos lo prueban. Octavio Paz decía de Neruda que era un mal poeta al leer los Veinte poemas…, pero cuando leyó Residencia en la tierra lo declaró uno de los vanguardistas más importantes. La historia es la única capaz de convertir el momento en otro, una percepción en otra. El esposo que llevaba rosas a su esposa en Laura en América y que era amado y adorado se convertía en el peor cafre del mundo tan pronto el célebre «que pase la amante» era pronunciado por la recién liberada presentadora peruana. El restaurante favorito se convierte en el peor cuchitril del mundo cuando la cucaracha o la bola de pelo invaden el morro de arroz y el pedazo de carne. Y la primera imagen, a pesar de todo, sigue estando presente…

IIILa mejor metáfora que puedo encontrar es el juego del tarro. Había una botella plástica en un punto determinado. Alguien la pateaba como si fuera Vinatieri o Gramática, y al que le tocaba «contar» recogía la botella de donde fuera y luego se devolvía al punto inicial de espaldas mientras el resto se escondía, para que, mientras el que contaba buscaba a los escondidos, algún suertudo se las diera de Vinatieri o Gramática para volver a empezar el ciclo. El problema es que siempre se sabía quien pateaba así se escondiera en el rincón más recóndito. Siempre lo veían, el sonido del golpe era demasiado fuerte como para perderlo de vista. Resulta imposible tirar la piedra y esconder la mano. Uno no necesita tener grado de técnico en criminalística, ser miembro de algún equipo de CSI o trabajar en Medicina Legal para descubrir quién tira la piedra. Los signos lo delatan, y la forma como se interpreta el signo ayuda. Claro, el pecado de la sobreinterpretación siempre está presente, pero entre más se conoce al autor se puede decodificar mejor el signo y convertirlo en un significado que el autor puso ahí, tal vez para que nadie lo descubriera, pero siempre hay alguien que sabe cómo juegan los signos en el autor y de dónde vienen para convertirlos en un significado coherente que explique el significante.

IVSi algo aprendí del experimento de los perritos de Pavlov fue la capacidad del ser humano de usar su memoria y su trasegar para evolucionar y responder a los actos. Los gringos tienen una frase para eso: Once a cheater, always a cheater. Es cierto que la adaptabilidad del hombre es una de sus principales características, pero lo previo obliga a los actos. Por eso es tan difícil dejar de fumar. Por eso la fama de las viejas perras y de los manes polígamos es más rápida de lo que cualquiera piensa. Por eso me sorprende que al coreano no le hayan pillado los problemas psiquiátricos antes de que se convirtiera en un asesino el lunes.

VA la gente fuera de lo ordinario le toca abrirse de lo ordinario y crear su lenguaje. Creerse genios incomprendidos, reencarnaciones de algún famoso o de algún tipo que vivió en la Atlántida hace 15.000 años, volver a las raíces del mundo naïve, ponerse chupos (o baberos, muñequitos de las chicas superpoderosas, camisetas de pepinos que condenan la masturbación, guirnaldas de plumas pintadas o algo así), unirse a una religión minoritaria donde se sientan como en Cheers, matar al mundo porque los hizo así, pedir que la Arcadia donde alguna vez vivieron o soñaron vivir llegue (o vuelva), esperar la llegada de los extraterrestres que los van a matar con un láser azul, disfrazarse de Elvis en el desierto de Nuevo México, creerse la teta que da whisky, intentar adoctrinar (bajo el disfraz de «educación especial») a muchos niños con padres incautos, ganar Eurovisión vestidos de monstruos de Dungeons & Dragons fusionados con dibujos de comic postapocalípticos, inventarse el camp y el spanglish, dejar de fumar Marlboro y Lucky para fumar Gauloises y Alas, dárselas de Coleridge y escribir poemas trabado, dárselas del genio deprimido para crear cosas «nuevas» a partir de la malparidez cósmica que los arrolla y así poder levantar alguna vieja que les coma el cuento del niñito deprimido que nadie quiere y que todos odian y que se dedicará a comer gusanos… la historia sigue. El mundo está lleno de locos, la diferencia es que no todos cogen una pistola para matar a la novia que nunca va a ser de ellos porque la vieja tiene más de una neurona, no todos despotrican de la vieja que los rechazó porque tiene novio y está mamada de que el man la llame veinte veces diarias llueva truene o caigan rayos, no todos se las dan del depresivo para encontrar cariño y así apaciguar su profunda inseguridad en sí mismos, no todos se creen Jesucristo y el Anticristo a la vez (o Buda, Lao Tsé, san Pablo, Peter Pan, John Lennon, Rocío Jurado… todos me parecen una bola de arribistas), no todos encargan prostitutas suecas para sus fiestas privadas con Hennessy y chef de sushi particular, no todos cogen una teoría y la fritan hasta más no poder para así endulzarle el oído a muchos que le pagarán muchísima plata para que ese «innovador» convierta a sus hijos en los putas de Aguadas, no todos hacen un parque de diversiones en su rancho para vivir eternamente la fantasía de la infancia.

Listener supported: IfwhiteAmericatoldthetruthforonedayitsworldwouldfallapart (Manic Street Preachers), The last poem (Sophie Auster), I wanna be sedated (The Ramones), Hoy tenemos (Sidestepper), Let me entertain you (Robbie Williams), Breathe (The Prodigy), The ground beneath her feet (U2, Brian Eno & Daniel Lanois), Heart of glass (Blondie), Amerika (Rammstein), Gas panic! (Oasis)


Este blog y su dueño celebran el cumpleaños del hombre que metió a su país en el subdesarrollo, el dictador de dictadores, el papá de los pollitos, el Stalin de la península: Kim Il-Sung.

Listener supported: Nausea (Beck)

Dubai no se conforma con los finísimos hoteles de cinco estrellas, y es por eso que tienen el único de siete que existe, el Burj al Arab. Es un majestuoso edificio de 321 metros en forma de vela de barco que fue construido en una isla artificial. Los precios de las suites van desde los 7.500 dólares a los 24.000 por noche. Allí hay un restaurante submarino, apartamentos panorámicos y servicio personalizado a cargo de brigadas de mayordomos dispuestas para cada huésped.
(Semana, «La perla del desierto«)

Si, el Burj tiene siete estrellas. Pero en Bogotá está uno con ocho estrellas.

Babilonia Suites (Carrera 7 No. 188-57)
El mayor atractivo es la silla de madera similar a la camilla de un ginecólogo. La habitación sencilla cuesta 70.000 pesos, con silla incluida. Con sauna: 75.000 pesos y con jacuzzi: 95.000 pesos. Pero si busca descrestar, la suite emperador con la ducha panorámica, la calefacción y la minipista de baile, es justo lo que necesita. Todo a 125.000 pesos. El dúplex con jacuzzi y sauna es el más costoso: 200.000 pesos. Los precios son por ocho horas.
(tomado de aquí)

Por menos del 1% de lo que vale una noche en el gran hotel de Dubai, usted puede conocer lo mejor de la industria hotelera bogotana. Y del mundo. Ni el Ritz tiene ocho estrellas.

Listener supported: Ordinary world (Duran Duran)


*fumesuoreganoencasa ( ): «Mira, aquí en este articulo de hoy (diario), apareció un grupo que van a protestar contra mí en Bogota, Colombia; y se unió un líder protestante junto con el Padre “Chucho”… con Chuchito. Entonces, el Padre Chucho que tiene un novio. UN NOVIO que está en la cárcel, está confinado. Y lo dijo: -Ese fue el que me violó a mí por primera vez (hablando de un testimonio de violación de este cura católico).» (dicho por el Papi en su sermón del 21 de marzo)
Reverend Jakob Koshkat – IN SHOCK!: Hm… me gusta, me gusta… pelea de gatas.

Y la guerra sigue:


Listener supported: New Shoes (Paolo Nutini como la enésima vez que la escucho en el día)

Vía Kamye l’Ouest, me ha sabido llegar este meme tan sabroso para decir las crueles verdades de mis amistades.

Worst Of? Your Friends!

Worst driver
De mis amistades que conduzcan (y que yo haya montado en su automotor) recuerdo a Dani, a Lingo, a Piter, a Kamye y a Blackmountain. Kamye es válido, así como Blackmountain y Piter. No he montado mucho en un carro conducido por Dani, pero ¿Lingo? Hasta hice una entrada en honor al poeta del parqueo.

Worst fashion
Las medias porno de Aponte.

Worst luck
Uy… el concepto de HDM es bastante válido para más de uno de nosotros.

Worst liar
La lingada, ¿suficiente?

Worst gossip
Hombre, me la pusieron difícil. El concepto de «echar-rulo-como-los-canones-mandan» es algo particularmente común. Pero no escojo a ninguno en especial.

Worst sense of direction
Lingo y dos clásicos: El cumpleaños de Jules o «de-cómo-darle-vueltas-a-la-Circunvalar-parar-en-el-Politécnico-para-bajar-hasta-la-mierda-y-terminar-como-raro-en-el-Ozy-Pub» y el previamente descrito.

Worst taste in music
Veamos… ninguno en especial, aunque cada uno tiene una o dos banditas que me parecen particularmente detestables. El problema es que, en muchos de esos casos, son sus favoritas.

XTRÄAS:
– Hoy vi un japacho rasta. Luego me di cuenta de que era un man idéntico a Lingo como con setenta mil gorros.
– ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AGUANTE CROUCHALDINHO!!!!!!!!!!!
– Earth Intruders está del carajo. No la he bajado pero la escuché en YouTube. De puta madre.

Listener supported: New Shoes (Paolo Nutini), Jenny don’t be hasty (Paolo Nutini)

Se acabó, a Dios gracias, uno de los momentos más denigrantes para el fútbol y la decencia de nuestra sociedad.

Si, no veremos a Messi, Giovanni dos Santos o Nabil El Zhar jugando en el Eduardo Santos, en La Libertad o en el Centenario de Armenia. Pero nos ahorraremos muchísimo billete que, como es bien sabido, será birlado por nuestros políticos.

XTRÄAS:
– Vamos a por la orejona. Pronto mis picks para las semis.
– ¡Aguante el ballet azul!

Listener supported: New Shoes (Paolo Nutini)

El don de Juan
Rodrigo Parra Sandoval
Bogotá: Siruela, 2002
182 p.

Ya en la primera página, el narrador anuncia una influencia clara de su obra: La película de Andy Warhol que filma a un hombre durmiendo. Al tomar esa imagen y convertirla en el leitmotiv de Luis Mejía para comenzar a contar la historia de amor entre Juan y Carolina, el escritor bogotano recuerda el Viaje alrededor de mi habitación del francés Xavier de Maistre, escrito “cuando estuvo en prisión a consecuencia de un duelo, y que cuenta sus visitas en diagonal o haciendo zig zag a sitios tan divertidos como el sillón, el escritorio o la cama”[1],
dando a la novela desde un inicio un parentesco con otras novelas cuyo manejo de intertextualidad dentro de sí mismas les ha permitido estar en una tradición “manchega”, utilizando el término de Carlos Fuentes
[2]: El Tristram Shandy de Sterne, las Memorias póstumas de Machado de Assis, Jacques el fatalista de Diderot y, por supuesto, Don Quijote. El uso de lo mediático se convierte para Parra Sandoval en la forma de dar a Luis Mejía la manera de contar la biografía de Juan, a partir de una clara intertextualidad entre el personaje ficticio (Juan), las obras también ficticias de Juan y los videos de Luis como una inserción del narrador dentro de la vida de Juan, una forma de reafirmar el poder del imaginador con respecto a lo que escribe aunque lo que escriba sea “real” (Juan).


Esta narración intertextual permite que, durante el transcurrir de la novela, se presenten desvíos de la trama inicial, pasando de la vida de Carolina y sus embarazos (que me atrevo a interpretar como una metáfora de una sociedad que procrea demasiados hijos con destinos prefigurados, los cuales se desvían de la idea original y buscan el destino por sí mismos, a través del desvío que se toma en medio del viaje) a la biografía de las cenicientas, a la descripción de las películas y los clips (interesantes en tanto que reducen el tiempo de “lectura”: Del tiempo variable de la narrativa se pasa a las dos horas de una película y de ahí a los clips de menos de media hora. Necesidad de lo ágil y lo efímero para poder expresar el caos postmoderno) y, desde ese desvío, continuar con el camino supuestamente principal de la narración, el cual se continuará desviando a través de la novela con digresiones del narrador mezcladas con clips y con su propia vida, que continúa inserta dentro de la supuesta biografía de Juan.

En su novela En las montañas de Holanda, el neerlandés Cees Nooteboom escribe, con respecto al problema de los caminos:

Siempre me ha intrigado que, en holandés, la palabra weg, camino, también signifique afuera, ausencia. En español el camino no es sólo la carretera sino también el viaje. Un viaje también es, por definición, la ausencia del lugar del que has partido.[3]

En cierta forma, la novela de Parra Sandoval busca ese camino de ausencia como una atalaya para ver el mundo de forma más voyeurista, más caótica, más cercana a la mente del personaje, del autor y del narrador, más urbana.


[1] Sontag, Susan. “Memoria póstuma: el caso de Machado de Assis”. Quimera 8 (1991): 37.
[2] Fuentes, Carlos. Machado de la Mancha. México: Fondo de Cultura Económica, 2001, 11.
[3]
Nooteboom, Cees. In The Dutch Mountains. Harmondsworth: Penguin, 1984, en Reiss, Timothy J. “Introduction: Literature and the Idea of Europe”. PMLA 108.1 (1993): 24. La traducción es mía.